
La tormenta, los barcos, las cruces,
los caracoles partidos en el fondo de la playa.
No es a la tormenta que le temo,
es al viento desorientando a los girasoles,
a los nubarrones rojos y a la creciente del mar.
Tampoco se oye el silencio,
sólo la rebelión de los peces en las redes,
el rugido del mar escandaloso y azul.
No me asustan los barcos fantasmas fuera de rumbo,
me asusta la luna que no está en el cielo,
y debe andar por encima de las camas en la madrugada.
Me asustan las gaviotas prontas a morir.
Los verdugos que andan por las calles buscando víctimas,
los perros escondidos detrás de las enredaderas.
Pero yo temo, vos no temés,
vos que andás debajo de los cielos rojos,
y te circundan pájaros blancos,
andás por la vida
presintiendo anuncios.
Yo temo.
No es a la tormenta que le temo,
es al viento desorientando a los girasoles
Carina