30 de agosto de 2007



No todo lo que brilla es oro...pero podría serlo, jaja(modestia escorpiana)

De caléndulas y camisón




Coxal, tremendo e inevitable.
Tartamudeo en medio de la noche,
rodar de hombres escaleras abajo.
Coxal cortante
Envenenado espolón ciático tal vez
una margarita
espolón amarillo, atrapada libélula
En la boca del pez.
Atlas pretérito, gigante, solaz del dolor
enraizado, sinovial cayendo inmenso,
violeta sinovial de caléndulas.
El grito agudo, cóndilo canto en el fondo de la laguna.
Grito coxal, coxal,
rodar de hombres,
de libros.
Partituras
pinceles,
rodar sinovial
De oscuridad sin aristas.
Epicléa en el fondo de la tarde
enciende velas para esperar al espectro.
Epicléa sabia.
Sinovial candela al pie de la escalera.
Coxal el grito, el rodar,
un ciempiés rodeando la casa,
Atlas de luna llena y estrellas.
Desastre de cóndilo en el espejo,
en la cinta de raso del camisón.

28 de agosto de 2007

Eras la aguja mas pequeña de mi reloj


Eras la aguja mas pequeña de mi reloj

Eras la aguja mas pequeña de mi reloj.
Segundero de la risa,
de la mañana despertando en tu pelo,
alivio de mis pesadillas.
Eras mi centro, el vértice del trapecio,
simétrico, perfecto, el instante de la luna
sombra celeste sobre tu cuello.
Eras mi aeropuerto.
De vos, partían mis vuelos hacia ciudades turquesas,
sueños remotos de latitudes imposibles.
Eras un nido de abejas en la oscuridad,
el zumbido, el grito y después la miel.
Mi amor, mi verdad, un campo de amapolas tu boca,
tu beso.
Eras la partitura en blanco, un cuaderno nuevo y azul,
un puñado de gemas,
la ventana donde crece un jazmín.
Eras mi sello, mi estatura,
mi huella digital,
un calidoscopio.
Mis venas, arterias,
el líquido sinovial de mi alegría.
Una búsqueda, un encontrarte,
tu nombre escrito en alguna pared.
Eras el sueño vegetal de la espesura,
el canto de los grillos,
la imagen en mis párpados cerrados,
mi tatuaje, mi razón, mi entera voluntad.

22 de agosto de 2007

La hora


Esta es la hora del caos, las diez de la noche, las zanahorias hirviendo en una olla, las pechugas en la plancha y yo buscando facturas que debo pagar y que porsupuesto no encuentro, y camino, y revuelvo, y cuento dinero, que, Oh casualidad!! tampoco encuentro, porque no lo tengo, jajaja, y no sé de qué me río...

Esta es la hora, del desorden total, del resfrío mal curado, y la contractura en la espalda, y por qué no está para hacerme unos masajes, y en esta casa nunca encuentro nada!!! En esta casaaaa, todo se pierde!!! Grito, como si viviéramos cinco, y vivo sola, diosss miooo

qué hora esta!!! Fatal!!!

20 de agosto de 2007


La puerta de mi casa...

14 de agosto de 2007

Soy Carina


Hoy, una señora en el colectivo portaba una cadenita con una medalla a modo de placa, con la siguiente inscripción: si me encuentran en la calle, inconciente, no estoy drogada ni soy alcoholica.

Inmediatamente pensé: ¿qué pondría yo en mi placa, de tener alguna??

¿Qué pondrían ustedes???


Soy Carina

avisenlé a él, y solamente a él

que morí esta mañana o al menos eso parece,

sin su olor, sin su risa,

sin el universo acuoso de sus ojos.

Soy Carina

que tengas un buen regreso a tu hogar...

11 de agosto de 2007

La tapa de la pava







Veo levitar la tapa de la pava.
El mate está listo, las tostadas
y la tapa de la pava se eleva,
porque yo lo quiero así.
El llamador de ángeles titila en la puerta de la cocina,
alguien andará por la casa,
hechizando para mí las cosas cotidianas.
Ema sabe que la espero al atardecer,
bruja de las cosas simples, arabesco de mariposas,
abre su caja de espejos, y asoman los rostros amados.
Mientras unto las tostadas con la mermelada de duraznos,
pienso en sus voces,
y los silencios de mi casa son de luz,
los espacios vacíos se llenan de semillas,
y crecen plantas insospechadas.
Amo ver levitar la tapa de la pava,
anuncia una noche de sueños imposibles,
y en el cielo, la alineación de las estrellas.

Carina
*Ema, te espero siempre*****

8 de agosto de 2007


La tormenta, los barcos, las cruces,

los caracoles partidos en el fondo de la playa.

No es a la tormenta que le temo,

es al viento desorientando a los girasoles,

a los nubarrones rojos y a la creciente del mar.

Tampoco se oye el silencio,

sólo la rebelión de los peces en las redes,

el rugido del mar escandaloso y azul.

No me asustan los barcos fantasmas fuera de rumbo,

me asusta la luna que no está en el cielo,

y debe andar por encima de las camas en la madrugada.


Me asustan las gaviotas prontas a morir.


Los verdugos que andan por las calles buscando víctimas,

los perros escondidos detrás de las enredaderas.

Pero yo temo, vos no temés,

vos que andás debajo de los cielos rojos,

y te circundan pájaros blancos,

andás por la vida

presintiendo anuncios.


Yo temo.


No es a la tormenta que le temo,

es al viento desorientando a los girasoles


Carina