16 de enero de 2008


La luna en el armario

En la tierra, peces oscuros se arrastran.
Ha pasado un gran oleaje tapando las ventanas,
las puertas, las mesas, las camas,
los floreros.
Y sólo estos peces parecen habitar la noche.
Las estrellas han penetrado
en recipientes circulares,
y la luna, quedó aprisionada, creciente,
dentro de un armario negro.
La tormenta ha venido a reinar,
y de los techos crecen malvas y madreselvas.

Sabía que habría de llorar en sueños,
habría de purificar mi corazón resbaladizo.
Ahora, de mis venas, conozco las ramificaciones,
la luz de la sangre penetrando en mi cerebro.
Un nombre aparece luciérnaga en las entrañas,
verde el nombre en el recorrido arterial.

Una mañana habré de besarte dormido
y también habrá un oleaje,
arrastrando los miedos.

Si temes, voy a recordarte,
Que hay una luna creciente, amor,
Guardada en un armario negro.

13 de enero de 2008

Me gusta


Me gusta terminar el amor
con todo tu olor en la piel,
que enciendas un cigarrillo y mirarte,
ver el humo flotando delante de tu cara,
y mi cuerpo flotando desnudo por fuera,
pero lleno de tus libélulas y mariposas.
Me gustan tus pestañas de perfil, tu nariz,
los gestos que ya voy conociendo,
me aferro a tu espalda donde crecen Baobab,
donde todo es posible en un bosque oscuro,
de animales invisibles.
Me gusta el sabor de tu pecho,
el olor de tus mejillas cuando estás dormido,
la luz de tu pelo oscuro,
y tus rodillas contra la pared.
Me gusta cuando leemos poemas de a dos,
cuando nos corregimos,
Cuando nos dolemos,
Y hasta me gusta cuando pensamos,
en lo imposible de todo esto,
en lo poco va a durar...
En la luz que va a faltarnos
en el aire que me asfixia cuando no estás conmigo.