9 de diciembre de 2008

8 de diciembre de 2008

Lo que extraño de tu beso

Lo que extraño de tu beso
no es el contacto con tu boca, la humedad,
tus labios de manzano abriendo cárceles,
inhóspitos parajes helados,
tus labios de viento
esparciendo pájaros, luciérnagas
en el cuenco solitario de mi paladar.
Cuando extraño tu beso,
es mas bien la proximidad de tus ojos de amatistas
lo que extraño,
son tus manos creando arabescos en mi cintura,
el instante en que entornás los párpados
y vienen a tus pestañas tus sueños de chamán,
tus presagios mas profundos para embellecerlas.
Lo que extraño de tu beso
nada tiene que ver con los latidos
de tu pecho sobre el mío,
sino mas bien, con el recuerdo, con la risa,
con el juego, con la palabra mágica que viene después,
al abrir los ojos, al respirar, sabiendo que
ya nada es lo mismo.
Lo que extraño de tu beso es la humanidad
que hallaba en tu rostro,
la certeza de que habrá un deseo,
un momento en que va a repetirse
ese instante de estrella fugaz,
esa felicidad que se instala tan de golpe,
provocando inmensas, irremediables,
ganas de llorar.