EL CUENCO DEL ARCO IRIS
Por el iris de tus ojos,
pasan equilibristas,
fuegos de artificio,
guirnaldas verdes y naranjas,
luciérnagas de verano.
No tengo dudas,
lo que veo detrás de tus ojos de cuento
acelera mi escritura hacia territorios
aún no descubiertos.
La luz de tu mirada, va tejiendo cantidad de imágenes
y sobreviene la lluvia, las madreselvas,
los pájaros escapando de sus jaulas,
tu boca, ciruelo refulgiendo
bajo la luz candente del atardecer.
El lenguaje se torna entonces sutil,
fresco, luminoso,
sílabas de cascabel acuden
a espiar la maravilla.
La narración ofrece aristas insospechadas.
No cierres, mi amor, tus ojos de arrullo,
que la poesía detiene entonces, su curso,
a mitad de camino,
Y habrá que ir a buscarla al cuenco
donde duerme el arco iris,
al nacimiento mismo de tu sonrisa.
Por el iris de tus ojos,
pasan equilibristas,
fuegos de artificio,
guirnaldas verdes y naranjas,
luciérnagas de verano.
No tengo dudas,
lo que veo detrás de tus ojos de cuento
acelera mi escritura hacia territorios
aún no descubiertos.
La luz de tu mirada, va tejiendo cantidad de imágenes
y sobreviene la lluvia, las madreselvas,
los pájaros escapando de sus jaulas,
tu boca, ciruelo refulgiendo
bajo la luz candente del atardecer.
El lenguaje se torna entonces sutil,
fresco, luminoso,
sílabas de cascabel acuden
a espiar la maravilla.
La narración ofrece aristas insospechadas.
No cierres, mi amor, tus ojos de arrullo,
que la poesía detiene entonces, su curso,
a mitad de camino,
Y habrá que ir a buscarla al cuenco
donde duerme el arco iris,
al nacimiento mismo de tu sonrisa.