8 de noviembre de 2009

Te ofrezco para tu viaje...


Ahora lo sé: tu viaje es inevitable.
Vengo a ofrecerte entonces algunas cosas
para el camino.
Senderos claros de día,
y por la nche, un séquito de luciérnagas
como antorchas.
A tu paso, se abrirán las jaulas de los cardenales mas bellos,
jamás vistos,
e irán haciendo dibujos fulgurantes sobre tu cabeza.
Voy a darte cuadernos y lápices
para que escribas lo que se te ocurra.
Te daré imágenes de barrios
con casitas iguales y un sol inmenso
en el medio de la plaza principal.
No te preocupes, también vengo a ofrecerte
tu guitarra, tus cáctus, tus libros,
y el recuerdo de una noche sin luna en la playa.
Vas a llevarte aromas, la torta de chocolate,
y caramelos de eucaliptus.
La voz de una mujer en la lluvia,
la risa de un amigo,
un cristal,
una ventana, para que nunca sea lejos.
Ahora lo sé: tu viaje no tiene fin:
estarás volviendo en el arco iris.
Tengo morrales repletos de poesía para ofrecerte
y todo es tan poco.
Mis sueños, mi voz, mis preguntas, mis respuestas,
mis venas, mi sangre,
morrales repletos de amor, para vos, mi amor,
en tu viaje de luz.