20 de junio de 2011

Pena hiedra




Quiero sentarme en el medio de

un patio oscuro, a la madrugada,

llorar, romper el silencio de

los baldosones azules

llorar de milagro, de encuentro,

de dolor, de insomnio,

llorar porque sí, porque no,

de quererlo, de extrañar,

quiero retrasar el alba,

un resplandor violeta claro

rompe los techos

y las estrellas empiezan a caer

en la pileta de lavar.

La tristeza infinita no me abandona,

por mas que lavanda, por mas que jazmín,

me reinvento lluvia,

dejo por un momento mi cuerpo,

a merced del viento,

me desparramo sobre las violetas,

y espero que aclare relámpago,

mutilada por un rayo de luna.

En todas partes soy yo,

en este patio verde,

alba y azulejos,

rompo la aurora cuando entiendo

esto de la soledad,

de la pena hiedra y magnolia,

entre las rejas de la puerta.