28 de agosto de 2007

Eras la aguja mas pequeña de mi reloj


Eras la aguja mas pequeña de mi reloj

Eras la aguja mas pequeña de mi reloj.
Segundero de la risa,
de la mañana despertando en tu pelo,
alivio de mis pesadillas.
Eras mi centro, el vértice del trapecio,
simétrico, perfecto, el instante de la luna
sombra celeste sobre tu cuello.
Eras mi aeropuerto.
De vos, partían mis vuelos hacia ciudades turquesas,
sueños remotos de latitudes imposibles.
Eras un nido de abejas en la oscuridad,
el zumbido, el grito y después la miel.
Mi amor, mi verdad, un campo de amapolas tu boca,
tu beso.
Eras la partitura en blanco, un cuaderno nuevo y azul,
un puñado de gemas,
la ventana donde crece un jazmín.
Eras mi sello, mi estatura,
mi huella digital,
un calidoscopio.
Mis venas, arterias,
el líquido sinovial de mi alegría.
Una búsqueda, un encontrarte,
tu nombre escrito en alguna pared.
Eras el sueño vegetal de la espesura,
el canto de los grillos,
la imagen en mis párpados cerrados,
mi tatuaje, mi razón, mi entera voluntad.

2 comentarios:

Cris Cam dijo...

Bueno, usted ha tenido suerte...

yo he quedado enterrado bajo una duna de mi reloj de arena...

Que palabras debo usar para no usar las archigastadas "me conmovió.. me dejó sin aliento"

bué, vamos a dejarlo ahí... un zumbido de abejas me trepanan las yemas de los dedos...

Carina dijo...

Muy poético su comentario, mi amigo...Muchas graciaaass.

Un beso