3 de enero de 2009

Extraño tu condición de manzano


Extraño tu condición de manzano

Te extraño. Extraño tu condición de árbol.
Un manzano dando frutos en mitad de la noche.
Y yo debajo del árbol, esperando el alimento,
tus ramas cayendo sobre mi tristeza,
colmando mi casa, mi cuerpo, de luz, de poesía.
Te extraño, extraño tu condición de pájaro,
tus alas negras las adivinaba yo en la puerta de calle,
y dormía debajo de ellas un sueño de durazno y algodón.
Te extraño. Extraño tu condición de pez,
explorando los barcos hundidos,
rozando los corales con la luz del amanecer.
La luna no toca tus ojos de agua.
Te extraño semilla, sol, alfarero, cincel,
estrella, lágrima, tibieza,
corazón derramado sobre mis mañanas,
sin horarios,
cuenco de amor para verter mis dolores y mi llanto.
Te extraño en tu condición de chamán,
niño sabio, generoso, vientre de azúcar,
espalda de barco, para tomarse de ella
y dormir protegida de las pesadillas.
Te extraño, busco en tus ojos el beso de noviembre,
pero en tu iris de viento borraron los pretéritos.

2 comentarios:

Cris Cam dijo...

Allí
caía la lluvia
sobre el lomo curtido
del aureo jinete.

Disipó lunas
encalló nubes
encendío mares
y tropezó con Chandler.

Leyenda de otros libros,
su princesa oscura
que lo amaba por las tardes
cuando el sol entrelazaba
el avellana y esmeralda
de sus melancólicos ojos.

Hasta que se desató lucha
Olimpo vs Hades
Vejez ya relamía sus dedos en la futura e inexorable arruga del tiempo.

Pero Muerte no lo permitió.
Lo derribó de su caballo
en medio de una batalla
para dejar intacta
en la memoria de su princesa
que aún tejía por las noches
su inasible sonrisa
justo un segundo antes
del último beso de noviembre.

Carina dijo...

Dani

graciassssss, esta vez entendí, jiji. Graciassssss...