Soy una flor, flotando entre camalotes,
viajo hacia la noche de inmensa luna,
pétalos bien abiertos, atenta,
esperando la lluvia.
No sé mi destino,
el amor me sorprende llegando el alba,
me sacude, me deja tiritando,
me toma entre sus manos,
soy una flor dormida,
entregada a su voz de selva.
Entonces el amor es inmenso,
porque amanece y soy plena,
se abren los camalotes,
rozo levemente el agua,
No sé cuándo pasó,
cuándo empecé a amar
y deje a un lado mis pretenciones de flor,
y temblé, mujer extrañando,
mujer susurrando en la espalda
del hombre vegetal,
hombre selva, que me abarca.
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