Elijo la copa de un árbol para guardar mi poesía,
al abrigo tornasolado de sus hojas,
follaje perfumado, madera dulce
y pájaros inventando la aurora.
Cuelgo adjetivos y verbos en el medio de las ramas,
los sustantivos, en lo mas alto,
para que salgamos mas fácil al mundo.
Tengo un adverbio de tiempo
arropado por un caracol:
un tesoro.
La literatura no duerme,
por la noche le crecen flores
y despierto magnolia
con un sustantivo propio en la garganta.
Sé que voy a quererte aún,
un sueño mas.
Te llevo a la copa de un árbol,
te guardo entre los nidos de gorriones.
Vendrás un día verso libre
hasta mi boca,
y serás mi amor
en la estación de los brotes.
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