Cuando alguien te cierra las puertas de su corazón,
no hay llave, no hay hechizo que pueda abrirlas,
no se puede respirar de este otro lado,
y sólo queremos pasar a toda costa,
no importa la hora,
vemos luz detrás de la puerta
y queremos entrar,
preguntar dónde quedó la risa,
la dulzura,
la mañana compartida.
pero golpeamos las puertas
y no sale nadie,
nos quedamos a la intemperie,
con frío,
y un dolor en los ojos
de tanto llorar...
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